Eran excelentes cazadores, aprovechan de las aves y de la gran variedad de animales terrestres su carne para alimentarse, sus pieles para vestirse y para otros usos domésticos, las plumas para adornos y para rituales mágicos y los huesos para elaborar materiales de trabajo, de caza y pesca e incluso para adornos personales.
Bajo las órdenes recibidas de sus divinidades y bajo la guía de su jefe, iniciarían l construcción de sencillas viviendas conocidas en su recorrido con el nombre de bajareques o chozas elaboradas con varas entretejidas, madera, ramas o paja.
Uruapan tenía un estilo de vida impuesto por los frailes.
Se recogen en su estructura patrones de vida organizativa de la sociedad prehispánica y se transforman en una institución cristiana.
En cada uno de los barrios había molinos cuyo fin era ayudar a sufragar los gastos de la fiesta patronal. Durante dos días anteriores la fiesta del barrio los indios del mismo tenían derecho indiscutible de hacer uso de todo el caudal e agua para el molino, sin que nadie pudiera tomarla ni aun para riegos.
Cada una de las manzanas del pueblo, según antigua y constante tradición, fue dividida por Fray Juan de San Miguel en seis solares de cuarenta varas de frente por sesenta de fondo, de manera que en las ciento cincuenta manzanas del pueblo había novecientos solares, que a razón de cinco personas por solar dan un total de cuatro mil quinientos habitantes; y admitiendo que en el lugar que ocupa el extinto barrio de los reyes hubieran habitado otros quinientos indios, se tendría un total de cinco mil habitantes en el pueblo de Uruapan.
El sistema de barrios casi siempre revela la necesidad de conservar la original organización de los grupos que se cambiaban de un sitio para agruparlos en pueblo, mantenían su carácter endogámico, sus tradiciones, sistemas propios de trabajo y en lo posible cierta independencia en su régimen. La denominación de barrio preexistía a la congregación de la población en un mismo lugar.
La relación de Michoacán nos habla de los ocambecha que tenían a cargo el juntar a la gente para las obras de utilidad pública y de llevar estricta cuenta de los súbditos; otros entendían por los pueblos en que se cultivaran las tierras del Cazonci o las dedicadas al culto o la guerra. Junto a esos funcionarios existía una casta sacerdotal dividida en rangos y diseminada por los pueblos quienes se preocupaban por atender el culto, conservar las tradiciones, desempeñar como ofrecedores de incienso, guardianes de los templos, sacrificadores, encargados de hacer conjuros y oraciones, músicos y atabaleros.
La genialidad de Fray Juan de San Miguel y de otros legisladores religiosos sociales fue el darle un cauce adecuado dentro de las nuevas pautas sociales y religiosas impuestas por los españoles cristianos. Generalmente todos estos funcionarios gravaban sobre la comunidad que los mantenía y en el nuevo orden consiguieron quedar exentos de las cargas generales. Alcaldes, alguaciles, fiscales, sacristanes, cantores, sirvientes de los conventos resultaron los continuadores de la antigua burocracia.
Era importante respetar en la traza de los nuevos pueblos un lugar geográfico distinto donde se organizaran cada uno por si mismo, por eso resultaba indispensable la construcción de su propia capilla, el patrocino de un santo en particular con su fiesta titular que ayudaba a mantener la unión del clan, pero se debía tender a que unos barrios se complementaran con otros formando la unidad de la población y de la república indígena.
Se ha mantenido en la tradición de Uruapan esa conciencia de autonomía de los barrios con sus propias costumbres y autoridades, con rentas y tierras de comunidad propia. A la totalidad del gobierno se llamaba republica de indios y gozaba de autonomía en sus asuntos protegida por las leyes y tenia derecho a nombrar a sus propios alguaciles y a imponer sus propias penas, que nunca deberían de llegar a la mutilación ni a la muerte.
Se decía que el gobernador de Uruapan usaba en las funciones y actos oficiales de la comunidad un bastón de fina madera con empuñadura de plata y que era muy respetado por la comunidad.
Don vasco imponía normas estrictas para la regularización de los matrimonios de los indios convertidos que ya eran casados en su infidelidad; a la mayor parte les pareció excesiva la meticulosidad del obispo que exigía suficiente información en materia tan delicada y restringía la iniciativa acostumbrada por los frailes.
En 1565 se vuelve hacer un reajuste a los tributos por parte de la audiencia real notándose un aumento desmedido en relación a lo anterior pues ahora debían entregarse al encomendero 2,004 pesos y cuatro tomines de oro común por año y ochocientos cuarenta y cuatro hanegas de maíz al tiempo de la cosecha; el monto en dinero se dividía en tres pagos.
El tributo iba siempre en relación a la población pues cada tributario debía contribuir con cantidad fija, asi sabemos que hasta 1560 la población tributaria de Uruapan era de 1,200 personas hábiles y que en 1565 fueron reconocidos ya en 1,700 lo que daría un total, en la proporción de cuatro personas por tributario.
La Huatápera es el lugar que se señala para la muerte tanto de Fray Juan de San Miguel como de Don Vasco. Era en si misma lugar notable al agrado de describirla Larrea como “hospital para el recurso de los enfermos… tan costoso y capaz que por si solo es obra memorable”
El hospital en su primitiva estructura era un gran paralelogramo rectángulo circunscrito por las calles de Vasco de Quiroga, 2ª del Beaterio, 1ª de las Camelinas y por la plaza Fray Juan de San Miguel.
Las casas del ayuntamiento indígena servían la gobernador indígena y a su cabildo como lugar de reunión y les estaba anexa la cárcel. Sabemos que las autoridades indígenas intervenían en los asuntos importantes de la comunidad y a ellas se tenía que recurrir en toda modificación del tributo al mismo tiempo que a ellas les tocaba recogerlo. Siempre se les designa en estos primeros años como “cacique y principales”.
Alimentación
Su alimentación principalmente se basaba en frijoles, huevos, maíz, pescado, chile, aves y animales terrestres, plátanos, ate, chico zapote, mamey, lima, naranja, limón real, centil y trigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario